Puente Mayor

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Construido con la tradicional piedra molinaza, cuenta con cuatro arcos de medio punto y posee una de las vistas más espectaculares de Montoro. Ideal para que captures con la cámara o Smartphone los mejores recuerdos de tu visita.

Este monumento se erige sobre el río Guadalquivir y une el núcleo principal de la ciudad con el barrio de El Retamar. Comenzó a construirse en 1498 durante el reinado de los Reyes Católicos, convirtiéndose en uno de los más característicos e importantes de la provincia de Córdoba.

Desde la pétrea pasarela, merece la pena detenerse y contemplar, a los pies, el paso del Guadalquivir y, sobre la cabeza, el blanco caserío de Montoro.

¿Cómo es el Puente?

Además, deberás saber que el puente mide 180 metros de largo por 9 metros de ancho y la clave del arco mayor es de 18 metros de altura sobre el nivel del agua.

Dispone de dos estribos de acceso y destaca el ojo central por su tamaño y por estar flanqueado en sus pilas por tajamares angulares de grandes dimensiones en el frente de la corriente, siendo de menor tamaño los situados en el frente posterior y de superficie curva.

Datos interesantes

Gracias a los aportes documentales del Archivo Histórico Municipal, sabemos que en 1513 tan solo se llevaba construido el arco central, y se cedieron las dehesas de Cañadas y Capillas, así como sus frutos para proseguir con la obra.

No obstante, el puente en sí aún no se encuentra terminado en su totalidad, pues la población ya no quería vender más tierras, por lo que se terminaron dos de los tres espolones y quedó el colindante al barrio de El Retamar sin concluir.

Cuenta la leyenda de este puente…

Si preguntas sobre este puente a algún montoreño a tu paso por el municipio, puede que lo desconozca o te responda con el nombre de Puente de las Donadas o Doncellas.

Y es que, hasta hace relativamente poco tiempo, se creyó que este Puente se sufragó con las joyas que donaron las mujeres y de salarios entregados por los vecinos para levantar este elemento arquitectónico, aunque la verdad encerraba otra realidad diferente.

¿Qué pasó realmente?

Según la información aportada por el Archivo General de Simancas de Valladolid, antes del siglo XIX no se trataba el tema de donaciones de joyas para referirse a collares, pulseras o pendientes.

En este caso, se trataba de otro tipo de joyas referidas a bienes terrenales: las dehesas. Así pues, para la construcción del Puente, los montoreños se desprendieron de verdaderas joyas naturales que los Reyes Católicos, Juana I y Carlos V dieron su permiso para que pudieran venderlas y que con el dinero conseguido poder terminar la construcción del mismo.

Del mismo modo, los municipios colindantes a Montoro también tuvieron que contribuir con las costas, ya que el Concejo cordobés los obligó a entregar sumas monetarias al Ayuntamiento de Montoro.

De una forma u otra, estos se iban a beneficiar de dicha infraestructura que conectaba la campiña con la sierra -camino a Toledo y Madrid por Ciudad Real-.

Te interesará como anécdota

Según las documentaciones aportadas en el Archivo Histórico Municipal de Montoro, hubo una riada en 1821 en la que las aguas del río Guadalquivir adentraron a la calzada interior por los caños de plomo del Puente.

Pocos años después, ante el cese de las inclemencias meteorológicas, los montoreños llegaron a bajar la Custodia de Plata de San Bartolomé -situado en la Parroquia de San Bartolomé, en la Plaza de España– a este Puente con el fin de implorar la interrupción de las aguas.

Ubicación

Acceso por C/ Puente o C/ Redonda

Horario

-

Precio

Gratuito

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